Detengámonos un momento, respiremos en amor y lleguemos a la calma

El mundo entero está pasando por una situación que nunca había experimentado, tal vez el miedo, la ansiedad y la incertidumbre hacen parte de lo que estamos sintiendo en este momento. Los medios de comunicación narran el aumento de contagiados, de fallecidos, de discusiones políticas, de la caída de la economía y hasta de personajes famosos que hacen campañas de prevención y cuidado frente a este virus que en forma de corona está haciendo que nuestra vida cotidiana cambie de un momento a otro y en una velocidad tan acelerada que nos confunde.

El caos se está apoderando de nuestro territorio, las noticias tan frecuentes, el receso de muchas actividades, las medidas confusas de trabajo y de educación virtual, el evitar estar cerca de las personas que queremos, el no saludarnos como lo veníamos haciendo antes e incluso la necesidad de aislarnos para no dañar al otro, ni permitir que nos dañen. Lo que por otra parte también ha hecho que tengamos comportamientos egoístas al querer comprar la mayor cantidad de productos posibles en los supermercados, dejando a quienes no tienen los recursos en este momento desabastecidos. Vivimos una paradoja, puesto que las aglomeraciones se están dando en lugares que deben estar sanos y limpios para que podamos comprar las cosas que necesitaremos más adelante. Tenemos que entender que si nuestro vecino no esta sano o no tiene agua en su hogar nuestra vida también está en riesgo.

Por esta razón, hacemos un llamado a respirar profundamente en amor, a estar juntos desde los sentimientos, las palabras y los buenos pensamientos, a reflexionar frente a las compras que hacemos y a los gastos innecesarios que dejaran huecos económicos que más adelante tendremos que pagar, a pensar en el bienestar del otro como si fuera el propio, en hacer de nuestro cuerpo un lugar limpio, en admirar la naturaleza y nuestro alrededor con alegría, en cultivar la mente y trabajar el cuerpo, es una invitación también a apoyar desde un trabajo consiente a la empresa para la que trabajamos, además de valorar y querer más a quienes están con nosotros. Todo esto es un fortalecimiento mental en el que debemos trabajar y aprovechar para estar listos para abrazarnos y besarnos de nuevo, para ver la realidad de otra forma y diferenciar las cosas importantes de las urgentes.

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